Hay algo que no termino de descifrar de San Luis, es una ciudad que tiene un encanto particular, si bien es cierto que solo estoy de paso por esta ciudad y no voy a tener oportunidad de ir a algunas locaciones conocidas como Merlo, Villa Mercedes, o tantos otros lugares que por falta de tiempo no lo puedo hacer, tengo una sensación ambivalente acerca de San Luis.
San Luis
Esta ciudad tiene un ritmo tan tranquilo por la tarde como cualquier otra provincia, calles desiertas, negocios cerrados y perros merodeando. Ahora realmente después de las 17:00 hs la ciudad se transforma en una vorágine.
Los conductores por lo visto no mejoran según destino, solo manejan mal, o tal vez será la falta de semáforos en todas las esquinas de la ciudad, esto es algo que no deja de sorprenderme en cada provincia que visito!
en el centro
El centro de la ciudad por la tarde es casi caótico, por la cantidad de vehículos y transeúntes en las inmediaciones, parece estar en la peatonal de Lavalle y Florida!!! Contrasta totalmente con lo que es verla al mediodía o por la mañana.
Tengo una sensación de San Luis Capital, acercándose a una pequeña gran ciudad, supongo que no faltara mucho para que se asemeje a las zonas mas céntricas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Espero equivocarme.
la catedral
Sin importar mi creencia religiosa, siempre pero siempre en mis viajes visito alguna iglesia o templo del lugar al que viajo, no es que sea creyente ni nada, pero un templo también te muestra otra perspectiva del lugar que estas visitando.
dentro de la catedral
En San Luis hay lugares destacables como en cualquier otra provincia, pero su ritmo tan vertiginoso no me dejó realmente tomarle cariño a este lugar, es mas la bienvenida fue bastante brusca y totalmente fuera del horario pactad y no faltó entredicho con mas de un conductor excesivamente imprudente. (soy de los que esperan todo el semáforo).
Pero son sensaciones las que me llevo, no son certezas, cada uno tendrá una visión distinta de la ciudad si tiene oportunidad de visitarla, pero mi día fue muy caótico así que seguro asumo mi posición por esto.
terminal de buses
Si hay algo que no me gusta es gastar mucho en el pasaje de los buses de larga distancia, pero esta vez haré una excepción, me voy agotado de aquí y no tengo deseos de viajar mal nuevamente… Demoras, calor, bus súper poblado…
Esta vez prefiero el caos controlado, el que ya me es familiar, el mío, el de mi casa!!! Jaja del caos se aprende mucho también.
camino al hostel
Se termina el primer día en San Luis y me vuelvo al hostel a cocinar.
Ahora hay una reunión de motoqueros acá, son muy divertidos por las historias que cuentan… Y buen asado se mandaron, voy sacarles una foto de paso… Aunque están tan borrachos que quizás se pueda dejar para mañana a primera hora.
los motoqueros
Y las fotos se cumplieron de una gran manera, muy atentos los muchachos de las motos y buena onda con predisposición.
Si hay algo que siempre me demuestran los hostels y los viajes en solitario, es que de una u otra manera siempre vamos a encontrar gente interesante. Justo cuando ya había perdido las esperanzas con esta ciudad, me demostraron que tiene lugares y personas que hacen de una tarde un momento mas que memorable.
Conocí un pequeño pero interesante lugar llamado «El Potrero» hermoso y tranquilo lugar para disfrutar una tarde ya que se encuentra a una hora de distancia de la capital, y lo interesante es que este lugar tiene un circuito automovilístico.
Alfredo Delacroix
Gracias a un compañero del hostel fui a conocer este lugar tan interesante y cercano. Alfredo Delacroix, un corredor profesional que se dedica a recorrer provincias para entrenar, sin ataduras, elige un escenario para vivir y entrenar, oriundo de Olavarria, me comentó como ir a este sitio y con su ayuda lo recorrimos e hicimos buenas tomas del lugar.
El Potrero
pescadores posando con su «trofeo»
Hay un dique de 5km que es el eje de la zona turística, Mucha oferta gastronómica súper accesible y conveniente, paseos en bote, pesca, ciclismo o trecking. Tenemos unas fotos de Alfredo ejerciendo su profesión incluso.
Alfredo Delacroix
Y para terminar una tarde inolvidable, tuvimos oportunidad de conocer a dos chicas de zona, a Gisella y Ailin, que gracias a un problema técnico que tuvieron con una bici, tuvimos suerte de entablar una charla y conocernos un poco…
Gisella, izquierda y Ailin, derecha. Foto por Alfredo Delacroix
Fuerza Aérea e ingeniera respectivamente, estaban en la zona tomándose un tiempo libre. Entre algunas risas, anécdotas y mates, lograron sacarme la mala impresión que tuve de San Luis, pudieron lograr con su encanto sacar el estrés del viaje.
emprendiendo el camino a casa
Y terminando estas líneas sobre el bus, sentado en la primer butaca superior y aprovechando que tengo wifi, me río de estar un poco «quemadito» y con buen humor al saber que sin importar el qué, el cómo o el donde, todos indefectiblemente somos personas sociables, podemos hacer a un lado barreras o preocupaciones, incluso prejuicios y darnos la oportunidad de conocer y disfrutar del prójimo.
Vuelvo a Buenos Aires.